7 de agosto de1948 – 20 de abril de
2016
Hoy
hace ya un mes que Miguel Angel se nos adelantó en el viaje hacia el campo del reposo y la dicha.
Como
buen jefe y hombre de carácter que fue toda su vida, estará buscando un lugar
adecuado para instalar la carpa y hacer el fuego que nos reunirá.
A
pesar de que volvimos a estar juntos recién esta última parte de nuestras vidas
– después de años de haber trascurrido
rumbos distintos y ya ambos bien mayores – nunca dejé de verlo joven, casi
niño-adulto y como guía de su Patrulla Tigres.
Los
Scouts de su patrulla podían estar seguros que tendrían en todo momento un
líder que se las jugaría por ellos al tiempo que les exigiría compromiso y
lealtad a la misma.
Lo
recuerdo argumentando sus razones (aunque estuviesen equivocadas) y sin dar
brazo a torcer, con el fin de que todos los que no pertenecíamos a los Tigres
nos convenciéramos que con ellos no se jugaba.
Y así
fue hasta el último día de su vida: sin cejar de sus propósitos, a sabiendas de
que podían ser discutibles, dando la certeza de se apearía de muchas cosas pero
nunca de sus convicciones.
Las
calles de la Ciudad Vieja
le enseñaron a pelear cada día de su vida como si fuese el último (solía contar
con orgullo sus andanzas y fechorías en la bahía de Montevideo, cual criollo
Tom Sawyer) y siempre me sorprendió que aún tan tempranamente curtido por “el
mundo real”, hubiese adherido a principios tan “ideales” como los del
Escultismo.
Socio
fundador de FASGU, nos brindó sus aportes y su visión en momentos clave y fue
implacablemente crítico cuando correspondió. Personalmente, le extrañé mucho
cuando se debió alejar de toda actividad a causa de su salud y siempre abrigué
la esperanza de que volvería, para nutrirme de su fuerza.
Nos
quedó pendiente una navegada aguas arriba del Santa Lucía, para hacer un Pan de
Cazador en alguna de las islas. Buscaremos hacerlo entre los amigos que
quedamos y le recordamos. Y Miguel estará también entre nosotros.
Y lo
imaginaré indicando con vehemencia cómo se debe hacer un Pan de Cazador “de
verdad” y criticando y burlándose de la poca sal o lo demasiado crudo que le
quedó a quien esté a su lado.
Abrazo,
Hermano
Alberto
Zambrana
20.05.2016